Son las etapas de mayor desarrollo, complejidad y cambio en la vida de la persona. Aparecen nuevas sensaciones como la tristeza, la frustración, la rabia, dudas, inseguridades o bajo rendimiento académico.
En ocasiones, el ritmo de vida nos presenta situaciones en las que no nos encontramos a gusto, se instaura una rutina que no conseguimos cambiar o sentimos malestar pero desconocemos por dónde empezar, cómo y qué cambiar.
Somos seres sociales y, por tanto, muchas dificultades surgen de la interacción con las personas más cercanas. La pareja y los conflictos familiares son habituales, apareciendo dinámicas difíciles de modificar.
La tercera edad es un momento vital de frágil equilibrio. Afrontamos nuevas situaciones y estatus, tiempo libre, cambios en las relaciones familiares y sociales e, incluso a veces, soledad no deseada.