MAYORES

  • "Tengo muchos despistes"
  • "Está perdiendo la memoria y, aún peor, a veces se pone muy agresivo/a"
  • "No tengo ganas de salir a la calle"
  • "Me siento solo/a desde que enviudé"
  • "La mayor parte de mis seres queridos han fallecido"
  • "Ya no puedo ir a ningún sitio"
  • "No sabe en qué día vive"
  • "No soporto a mi pareja desde que está enferma"
  • "Cada vez que visito a mi madre/padre me cuenta las mismas cosas"
  • "Estamos todo el día de médicos"

El tiempo pasa y nos hacemos mayores. Acumulamos años de experiencia personal y profesional, y con todo ese bagaje nos adentramos en una etapa en la que las obligaciones de la rutina diaria se van convirtiendo en tiempo que ocupar en otras actividades que, aunque agradables, pueden estar muy alejadas de lo que hasta ahora había sido nuestro día a día. También el cuerpo se va transformando con el paso del tiempo. Comienzan a llegar algunos dolores, dificultades y problemas de salud. La salud frente a la enfermedad toma una importancia relevante.

Nuestro entorno también ha cambiado. Si tenemos pareja, estará en una situación similar. Si hay hijos, lo más seguro es que ya no convivan en el hogar familiar. Puede que tengamos nietos, esos pequeños que nos regalan ilusión y alegría en cada visita. Puede que algunos familiares y amigos ya no estén entre nosotros, lo que acerca nuestros pensamientos a la idea de “final” más habitualmente. Puede ocurrir que hayamos llegado a un momento en el que vivimos solos y pasamos largas horas en contacto con el silencio. Hemos perdido parte de las capacidades que teníamos antaño, tanto físicas como mentales. Ya no podemos correr tan rápido, pero es que tampoco nos acordamos de a qué hora nos hemos levantado por la mañana o de qué es lo que tendremos que hacer por la tarde. Por eso apuntamos las citas médicas y guardamos nuestra medicación ordenada por días de la semana y momento del día en que debemos tomarla. Sin embargo, recordamos con nitidez un momento de la infancia o aquella canción que aprendimos con el maestro en la escuela. Parece que cuando había llegado el momento de que no se produjesen tantos cambios, todo cambia.

Los cambios más importantes empiezan en uno mismo y, muchos de ellos, nos pueden resultar difíciles de asimilar e incorporar a nuestra vida. O bien, desgraciadamente, es nuestro entorno quien los percibe y no nosotros mismos. Situaciones difíciles.

Una palabra clave se hace presente cada día: entrenamiento. Entrenar con regularidad y constancia aspectos físicos y capacidades mentales, como la memoria, la atención y la ejecución de planes, son fundamentales para mejorar la calidad de vida diaria. O, al menos, mantenerla.

Y también hay una segunda palabra esencial: socializar. Pasar nuestro tiempo en reuniones que nos resulten agradables, con personas, quizá nuevas, pero que nos aporten el calor y cariño que todos necesitamos. Muchas veces, lo más reparador es un abrazo.

¿Crees que tú o alguno de tus familiares está en ese momento complicado de la vida? En El Viso Psicólogos podemos ayudarte.

Conocedores de todas esas dificultades en la tercera edad, en El Viso Psicólogos podemos ofrecerte nuestra ayuda y apoyo.

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