El trastorno por ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación excesiva e incontrolable que provoca niveles elevados de ansiedad y malestar emocional.
Se ha descrito como uno de los trastornos de ansiedad más relevantes debido a su elevada prevalencia y comorbilidad con otros trastornos del estado de ánimo y otros trastornos de ansiedad (Roemer, Orsillo y Barlow, 2002) y es un motivo de consulta habitual en atención primaria.
Además, el trastorno por ansiedad generalizada (TAG) interfiere de manera significativa en la vida personal, laboral, social y familiar de quien lo padece. Entre sus efectos negativos, están los siguientes: estado de ánimo deprimido, mayor probabilidad de ideación e intentos suicidas, problemas interpersonales y familiares, baja satisfacción marital, mayor riesgo de separación o divorcio, falta de amigos íntimos, peor rendimiento laboral, mayor probabilidad de problemas médicos (p. ej.: problemas cardíacos, dolor de cabeza, colon irritable) y mayor empleo de servicios médicos y medicación (benzodiacepinas, antidepresivos, hipnóticos) para controlar sus síntomas.
La terapia psicológica ha demostrado eficacia en el abordaje de la ansiedad de forma que se pueden disminuir y superar dichos síntomas y efectos.
Características del Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)
Preocupación
La característica central del TAG es la presencia de preocupaciones excesivas e incontrolables.
Una de las primeras definiciones de preocupación es la realizada por Borkovec, Robinson, Pruzinsky y DePree (1983) como “una cadena de pensamientos e imágenes de carácter negativo y relativamente incontrolables que representan un intento de los individuos por resolver mentalmente un problema cuyo resultado es incierto pero que contiene la posibilidad de uno o más resultados negativos”.
La preocupación se convierte en desadaptativa cuando se vuelve incontrolable y es excesiva en proporción con la amenaza.
Se considera que no existen diferencias acerca del contenido de las preocupaciones de individuos con TAG respecto al resto de los individuos. Sin embargo, Dugas y Ladouceur (1997) señalan que los primeros se preocupan por una mayor variedad de situaciones y se preocupan más por cuestiones menores. Por otra parte, las preocupaciones tienen mayor frecuencia, duración e intensidad y son más difíciles de controlar en los sujetos con TAG. Además, dichas preocupaciones se asocian a una hipervigilancia hacia los estímulos amenazantes y a una sensación de incontrolabilidad acerca de los mismos.
Ansiedad
La ansiedad es la respuesta emocional: sentimiento de inquietud/malestar o reacciones somáticas de tensión, que acompaña a la anticipación aprensiva de un peligro o desgracias futuros, ya sean internos o externos y junto con la preocupación están asociadas a síntomas como fatigabilidad, irritabilidad, inquietud o nerviosismo, perturbaciones del sueño, dificultades de concentración, quedarse en blanco y deterioro en la ejecución de tareas, especialmente de tareas cognitivas complejas.
A nivel conductual, se llevan a cabo conductas de evitación y de búsqueda de seguridad dirigidas a prevenir la amenaza y a reducir la incertidumbre y la ansiedad que contribuyen a mantener las preocupaciones y las interpretaciones de amenaza.
Cognición
A nivel cognitivo, se ponen en marcha estrategias de control del pensamiento dirigidas a prevenir la amenaza y a reducir la ansiedad y la incertidumbre como supresión de pensamientos negativos, sustitución de estos por otros más agradables, distracción, sustitución de imágenes amenazantes por pensamientos verbales.
Referencias:
Trastorno de ansiedad generalizada según el modelo de intolerancia a la incertidumbre de Dugas (2019). Pérez Burgos, Mónica Graña Gómez, José Luis. Psicopatología Clínica Legal y Forense Vol. 19 Núm. 1 Pág. 99-126.