Cómo es posible que sea una adicción, ¿eso no es para las drogas?
Efectivamente, de forma habitual hablamos de adicción haciendo referencia al consumo de sustancias, sin embargo, la adicción al juego y las apuestas entran en lo que llamamos “adicciones sin sustancia” o “adicciones comportamentales”. Lo que genera esta adicción es un patrón de aprendizaje.
¿Cuándo empieza?
En España la edad de inicio en los juegos de azar y apuestas está entre los 14 y 16 años.
¿Cómo comienza y qué lo mantiene?
Según las teorías del aprendizaje, la probabilidad de que ocurra una conducta viene determinada por sus consecuencias. En este caso, el origen de la conducta de juego en las primeras fases se explica por su asociación con variables positivas: premios (que no siempre son materiales).
Es decir, la conducta de jugar se vincula con consecuencias agradables: me divierto con mis amigos, aprobación del grupo, invertimos poco dinero y puede que recuperemos algo, mucha estimulación (luces, sonido…).
El mantenimiento en fases posteriores se produce sobre todo, por reforzadores negativos. Esto consiste en la disminución o desaparición de algún estímulo desagradable justo durante o después de jugar. Es decir, la persona realiza la conducta para evitar algo desagradable.
Solemos encontrar que el juego se mantiene para huir de sensaciones como el aburrimiento, ansiedad, tristeza o los deseos de recuperar las pérdidas económicas “voy a jugar más para recuperarme de este bache”. Muchos jugadores han aprendido, consciente o inconscientemente, que el juego les ayuda a disminuir o eliminar sensaciones o emociones desagradables.
Vale, pero aún así, si estás perdiendo… ¿por qué sigues jugando?
No sólo los resultados positivos estimulan el juego. Los fallos que rozan el éxito también refuerzan la conducta de jugar, ¡¿Pero cómo es esto posible si no ganas?! Varios tipos de juegos, como las máquinas tragaperras, ruletas, bingos, combinaciones deportivas están diseñados para asegurar una alta frecuencia de “casi aciertos”.
Por ejemplo, una máquina tragaperras proporciona el premio sólo con 3 símbolos iguales, pero un resultado próximo al pleno (dos iguales y uno diferente) excita también al jugador, fortaleciendo la conducta de jugar, a la vez que no supone ningún gasto para el propietario de la máquina. Pasa igual con las apuestas deportivas, “¡¡llegan a meter un gol más y me toca!!”
El resultado es que el jugador no está constantemente perdiendo, sino que está constantemente “casi ganando” (Secades Villa y Villa Canal).
En la actualidad, son cada vez más los casos de adultos y adolescentes con problemas en las conductas asociadas al juego y las apuestas deportivas. Si necesitas ayuda especializada puedes contar con nuestra experiencia y profesionalidad.
Fuentes:
El juego patológico. Prevención, evaluación y tratamiento en la adolescencia. Roberto Secades Villa y Ana Villa Canal. Edición Pirámide.
Entrevista de Víctor López Virgós para El Desmarque: aquí
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