Se acerca el verano y, con ello, el final de curso para la mayoría de estudiantes. Sin embargo, antes de que llegue ese esperado momento, en el que poder descansar y disfrutar de las vacaciones, hay que atravesar algo que puede ser una fuente de estrés y malestar para el alumnado: la época de exámenes.
Durante el periodo de exámenes, se ponen a prueba los conocimientos adquiridos a lo largo del curso, y el desempeño en los mismos puede ser determinante de cara a poder acceder a ciertos estudios, becas o trabajos. Por este motivo, para muchas personas se trata de un proceso que genera ansiedad y estrés, y en ocasiones surgen dificultades en el afrontamiento de este momento del curso.
En este artículo, presentamos 5 pautas que pueden ayudarte a gestionar esta etapa, favoreciendo un mejor rendimiento y una gestión emocional adaptativa.
- Crea un calendario de estudio
Antes de comenzar a estudiar, dedica un tiempo a crear un plan de estudio. Para ello, es importante que tengas en cuenta los contenidos que tienes que estudiar, las fechas de los exámenes y entregas de trabajos, y el tiempo que tienes para dedicar a todo ello.
Es importante que seas realista en esta planificación, haciendo una estimación del tiempo que vas a necesitar para cada asignatura, pero también del tiempo que consideras que serás realmente productivo/a. Si te marcas un objetivo demasiado elevado, puedes sentir frustración al no cumplir el plan, mientras que si te planteas una meta demasiado baja, es posible que no tengas tiempo para revisar todos los contenidos.
Una vez desarrolles este plan, puedes imprimirlo y colocarlo en la zona que vayas a destinar al estudio, y así ir revisando y tachando los días según vayan pasando.
- Prepara un lugar adecuado
Múltiples estudios nos indican que el rendimiento se ve afectado por cuestiones referentes al entorno en el que trabajamos. Por este motivo, es importante que prestes atención al lugar en el que vas a estudiar, y lo adaptes para que se ajuste a tus necesidades en la medida de lo posible.
Básicamente tienes dos opciones: estudiar en casa, o hacerlo en bibliotecas o espacios preparados para ello.
Si te decides por estudiar en casa, busca una habitación cómoda, a ser posible aislada del resto de la casa si convives con otras personas, y habilita allí una zona para el estudio. Es conveniente que estudies en una mesa, con una silla cómoda y una iluminación adecuada. Si estudias en la biblioteca, habitualmente estas condiciones ya están planteadas.
En cualquier caso, es importante que cuentes con todos los materiales que vas a necesitar antes de comenzar y que la superficie de trabajo esté ordenada. También evita tener accesibles distractores que podrían interrumpir el estudio, como el móvil u otros dispositivos.
- Programa descansos
Para lograr un buen rendimiento, es fundamental tener en cuenta la atención. La atención es un proceso psicológico que no es estático, sino que varía en función de múltiples factores, como pueden ser el cansancio o la motivación.
Por todo ello, es imprescindible planificar descansos a lo largo de la jornada de estudio. Estos descansos irán en función de diferentes elementos: materia que estoy estudiando, momento del día en que estudio, capacidades individuales, etc. Es importante establecer varios descansos cortos, de 5-10 minutos, y ocasionalmente descansos más largos, que pueden aprovecharse para cambiar de asignatura.
No veas el tiempo de descanso como tiempo perdido, sino como tiempo invertido en la mejora del rendimiento durante el estudio.
- Mantén hábitos saludables
Durante los exámenes, podemos llegar a enfocarnos tanto en el estudio que nos olvidamos de lo demás. Esto, además de ser contraproducente de cara al rendimiento, puede generar problemas añadidos, que aumenten nuestro malestar.
Es importante establecer rutinas y hábitos saludables, que nos permitan cuidarnos en esta etapa. Entre estos hábitos destacan seguir una rutina de sueño ajustada, llevar una alimentación equilibrada, la hidratación frecuente y mantener algo de actividad física. También puedes incluir en tu rutina técnicas de relajación, que te ayuden a gestionar el estrés de este periodo.
Además, puedes programar momentos de ocio que te sirvan para desconectar, destinando algo de tiempo a hacer actividades agradables en solitario o quedar con amigos/as, aunque no sea en la medida en la que lo harías fuera de épocas de exámenes.
- Pide ayuda si lo necesitas
Si a pesar de todo, encuentras muchos problemas para afrontar el estudio o los propios exámenes, y tienes pensamientos anticipatorios y negativos que afectan a tus capacidades, puedes pedir ayuda psicológica para trabajar sobre estas dificultades. Es un problema común, que puedes aprender a gestionar de forma adecuada.
Te animamos a poner en práctica estas pautas, ¡y mucha suerte!
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