El dolor emocional del duelo
Recientemente cayó entre mis manos el libro La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero. Tenía buenas referencias de la obra y os diré que no me decepcionó. La obra trata sobre el duelo, al mismo tiempo que cuenta la historia de la escritora y de Madame Curie, unidas por esta experiencia.
El término “duelo” proviene del latín “dolus”, cuyo significado es “dolor”. El duelo es el proceso psicológico que vivimos las personas para elaborar una pérdida significativa, como el fallecimiento de un ser querido, una separación o el fin de un puesto de trabajo.
Es importante recalcar que es un proceso natural y necesario, todos pasamos por él ante la pérdida.
Los párrafos que comparto hablan sobre la vivencia del dolor emocional, en este caso por un ser querido, profundo, que no nos enseñan que existe ni cómo vivenciarlo:
El primero refleja el impacto, un estado de shock, de no saber qué ha sucedido realmente, necesitamos tiempo y como dice la autora, nos faltan palabras para organizar nuestro pensamiento, para comprender qué ha ocurrido y cómo podemos transitar ese dolor.
“El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de lo que te acongoja estás de suerte: significa que no es tan importante. Porque cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la palabra. Es probable que reconozcas lo que digo; quizás lo hayas experimentado, porque el sufrimiento es algo muy común en todas las vidas (igual que la alegría). Hablo de ese dolor que es tan grande que ni si quiera parece que te nace de dentro, sino que es como si hubieras sido sepultada por un alud. Y así estás. Tan enterrada bajo esas pedregosas toneladas de pena que no puedes ni hablar. Estás segura de que nadie va a oírte”.
La palabra es el medio organizador de nuestro cerebro, sin ella nos cuesta comprender lo que está sucediendo. Citando a Wallin hemos de “hacer consciente lo inconsciente”, esto suele ser poner palabras a lo sucedido. Dar una narrativa.
En el segundo, nos habla de la soledad que provoca esa sensación junto con la incapacidad de comunicarnos, de generar comprensión en nuestro entorno ya que no sabemos cómo se gestiona, cómo se explica eso que sentimos tan adentro.
“(…) Hoy me alegro de haberlas tenido: así supe lo que era el dolor psíquico, que es devastador por lo inefable. Porque la característica esencial de lo que llamamos locura es la soledad, una soledad monumental. Una soledad tan grande que no cabe dentro de la palabra soledad y que uno no puedes llegar a imaginar si no has estado ahí. Es sentir que estás desconectado del mundo, que no te van a poder entender, que no tienes palabras para expresarte. Es como hablar un lenguaje que nadie más conoce”.
Por último, un ejemplo con el duelo, cómo nuestro lenguaje no es capaz de abarcar y comprender la experiencia de lo que nos está sucediendo. Fruto de todo ello, creo que refleja bien la función de la terapia, qué función puede cumplir ante este dolor, cómo puede ayudarnos a nombrar, dar sentido y reorganizar el nuevo mundo que se nos presenta.
“Siempre, nunca, palabras absolutas que no podemos comprender siendo como somos pequeñas criaturas atrapadas en nuestro pequeño tiempo. ¿No jugaste, en la niñez, a intentar imaginar la eternidad? ¿La infinitud desplegándose delante de ti como una cinta azul mareante e interminable? Eso es lo primero que te golpea en un duelo: la incapacidad de pensarlo y de admitirlo. Simplemente la idea no te cabe en la cabeza. ¿Pero cómo es posible que no esté? Esa persona que tanto espacio ocupaba en el mundo, ¿dónde se ha metido? El cerebro no puede comprender que haya desaparecido para siempre. ¿Y qué demonios es siempre? Es un concepto inhumano. Quiero decir, está fuera de nuestra posibilidad de entendimiento. Pero cómo, ¿no voy a verlo más? ¿Ni hoy, ni mañana, ni pasado, ni dentro de un año? Es una realidad inconcebible que la mente rechaza: no verlo nunca más es un mal chiste, una idea ridícula.
A veces (tengo) la ridícula de que todo esto es una ilusión y que vas a volver. ¿No tuve ayer, al oír cerrarse la puerta, la idea absurda de que eras tú?”
Extractos de la obra “La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero, la cual os recomendamos. Puedes encontrarla pinchando aquí.
Otra entrada al blog relacionada pinchando aquí (¿Cómo puedo gestionar el duelo y la pérdida de un ser querido?)