“La Trampa de la Felicidad” es una obra fascinante escrita por el renombrado psicólogo Dr. Russ Harris.
Este libro desafía las concepciones convencionales sobre la felicidad y propone una perspectiva revolucionaria que se basa en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés). En lugar de perseguir la felicidad de manera desesperada, Harris sugiere que aprender a aceptar las emociones y experiencias negativas puede ser la clave para una vida plena y significativa.
El autor nos propone un enfoque en el que nos explica cómo nuestra sociedad y cultura ha ido modelando las expectativas que tenemos acerca de qué es la felicidad. Sin embargo, a través de sus estudios, Russ Harris descubrió que en la actualidad tenemos una serie de creencias erróneas sobre qué y cómo debe ser la felicidad.
Estas falsas creencias subyacen muchas veces a nuestros estados de malestar, incluso los incrementan. El los llamo “los mitos de la felicidad”.
Mitos de la Felicidad:
Mito nº1: La felicidad es nuestro estado natural
Sin embargo, las estadísticas nos muestran que esto no es así. Lo realmente natural como seres humanos es experimentar un flujo de emociones, tanto agradables como desagradables, que varían y cambian dependiendo de cada momento (qué hacemos, dónde estamos, qué sucede…).
Vivir una vida plena implica experimentar todo el crisol emocional; emociones agradables como la satisfacción, el orgullo o el amor pero también desagradables como la tristeza, enfado o el miedo.
Todos los estados emocionales son normales y forman parte del ser humano.
Tengamos en cuenta que las emociones son necesarias en nuestro día a día como guía de nuestras necesidades. Por ejemplo, si no me enfado ante una injusticia en mi puesto de trabajo, difícilmente pondré medios para poner fin a dicha injusticia. Sería un ejemplo de cómo una emoción desagradable es funcional y necesaria.
Mito nº2: Si no eres feliz es que tienes algún defecto
A raíz del primer mito, nuestra sociedad asume que el sufrimiento emocional es una anormalidad, una debilidad o defecto. Es por ello que, habitualmente, cuando tenemos pensamientos o emociones desagradables también surja vergüenza o culpa.
En cambio, si normalizamos cada estado emocional, podemos decir que si no eres feliz eres “normal”.
La vida es complicada y tiene dificultades, lo raro sería estar felices todo el tiempo.
Desde este mito tratamos de evitar cualquier estado que nos incomode cuando lo más eficaz sería permitirnos tener todas las emociones y, precisamente al permitirnos vivirlas, las toleramos mejor en el día a día.
Los proyectos que nos parecen valiosos van acompañados de sentimientos agradables y dolorosos. Por ejemplo, en la paternidad, aparecerán emociones como el cariño, ternura y orgullo pero es probable que haya momentos de impotencia o duda.
Mito nº3: Es fácil controlar lo que sientes y lo que piensas
El control es el problema.
Nuestra mente está diseñada, desde hace miles de años, para encontrar y generar la mayor seguridad posible. De esta manera garantiza nuestra supervivencia.
Algo que nos suele generar alivio es la sensación de control pero a la hora de regular los pensamientos y las emociones que nos hacen sufrir, la estrategia del control ha demostrado que incrementa las sensaciones de malestar porque:
- Nos centramos todavía más en el problema
- Desatendemos variables que nos ayudan o hacen sentir mejor
- Generan efecto rebote: sobre todo el intentar inhibir, “no pienses en un coche rojo”.
El enfoque del control prolifera mucho en la autoayuda porque realiza una promesa esperanzadora, sin embargo, a largo plazo puede ser perjudicial.
El enfoque terapéutico tiene una visión más a largo plazo sobre el bienestar y se trata de cambiar nuestra relación con esos pensamientos y emociones, la aceptación, la modificación de pautas y un largo etcétera que dependerá de cada caso. Si te gustaría recibir nuestra ayuda puedes contactarnos aquí.
Os dejamos también un vídeo resumen con estas ideas aquí.
Enlaces de interés:
Libro “La trampa de la felicidad” de Russ Harris