En el ámbito de la psicología, el concepto de locus de control se refiere a la creencia que tiene una persona sobre el origen de los acontecimientos que afectan su vida. Este concepto, introducido por Julian Rotter, clasifica estas creencias en dos grandes categorías: locus de control interno y locus de control externo.
El locus de control interno se refiere a cuando una persona cree que sus propias acciones y decisiones son las principales responsables de los eventos de su vida. En cambio, las personas con un locus de control externo piensan que factores externos, como la suerte, el destino o las circunstancias, determinan lo que les sucede.
¿Por qué es importante conocer tu locus de control?
Entender si tu forma de interpretar diferentes situaciones y contextos se debe al locus de control interno o externo puede tener un gran impacto en tu bienestar emocional y mental. Las investigaciones muestran que aquellas personas con un locus de control interno tienden a sentirse más en control de sus vidas, lo que puede llevar a una mayor motivación, éxito académico y profesional, y una mejor gestión del estrés (Lefcourt, 1982). Estas personas tienden a asumir la responsabilidad de sus acciones, lo que favorece el crecimiento personal y la autoeficacia.
Por otro lado, un locus de control externo puede llevar a una sensación de indefensión aprendida o falta de control, lo que está relacionado con niveles más altos de estrés y ansiedad. Las personas con un locus externo pueden sentirse a merced de fuerzas externas, lo que puede limitar su capacidad para enfrentar desafíos de manera efectiva.
No obstante, el locus de control más adecuado para cada momento depende mucho del contexto.
Trabajar el locus de control en terapia
En nuestra consulta de psicología en Madrid, ayudamos a las personas a identificar diferentes variables, como el locus de control, que muchas veces subyacen a problemas de estado de ánimo como la tristeza, ansiedad o baja autoestima. Adaptamos la terapia a las necesidades de cada persona.
Las tendencias en nuestras atribuciones acerca de nuestro nivel de responsabilidad o capacidades influyen directamente en nuestra autoestima y estado de ánimo. Algunos ejemplos habituales son los siguientes:
Tristeza
Genera la tendencia a incrementar el locus de control interno en lo referente a la culpa, sobre-responsabilidad y pesadumbre respecto a las propias capacidades. Es habitual un incremento del locus de control interno en “por qué” la persona se encuentra mal. En cuadros depresivos, además, podemos encontrar que tampoco confía en sus capacidades de afrontamiento, lo que llamamos indefensión (la creencia de que no se podrá cambiar la situación).
Enfado
Enfatizando que las situaciones pueden ser de muy diversa índole, un ejemplo desde el enfado con otra persona suele ser la externalización del locus de control. Habitualmente el enfado se dirige a depositar la culpa o las características negativas en la otra persona; “ha sido él/ella”. Cegándonos en ocasiones a tener una perspectiva más amplia u “objetiva” de la situación.
Baja Autoestima y comparación
En casos de baja autoestima suelen concurrir dos efectos; cuando se da un evento agradable (ej: un ascenso laboral) se atribuye el éxito a factores externos como la suerte mientras que, cuando se da un evento desagradable (ej: una ruptura amorosa) se atribuye esta dificultad únicamente a variables o características internas de la persona.
En cambio, al compararse con otras personas, se da el efecto contrario. Cuando alguien cercano obtiene un logro se atribuye a unas características personales idóneas mientras que, cuando obtienen un fracaso, se atribuye a circunstancias externas (mala suerte).
Si sientes que no tienes el control de tu vida, ¡no dudes en contactarnos! Trabajaremos juntos para empoderarte y encontrar el equilibrio.
Referencias:
Lefcourt, H. M. (1982). Locus of control: Current trends in theory & research. Lawrence Erlbaum Associates.
Rotter, J. B. (1966). Generalized expectancies for internal versus external control of reinforcement. Psychological Monographs: General and Applied, 80(1), 1-28.
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