Vivimos en un mundo cada vez más globalizado. Lo cual incluye también a las empresas, con lo que no es difícil que nos puedan surgir oportunidades de desarrollo en el extranjero.
Aunque en general supone un avance en la carrera profesional, también implica muchas decisiones importantes. “¿Voy sol@? ¿Se adaptarán mis hij@s? ¿Nos afectará como pareja? ¿Nos costará instalarnos? ¿Nos adaptaremos? ¿Cuándo volveremos?”
Dependiendo del ámbito laboral, puede que continúes trasladándote de residencia sucesivas veces, sea sólo/a o en familia.
Vivir en el extranjero siempre es enriquecedor, no obstante, conlleva una serie adaptaciones que no siempre son fáciles. En un primer momento resulta muy estimulante la idea de conocer otros lugares y culturas, sin embargo, en el medio y largo plazo pueden surgir malestar y conflictos derivados del incumplimiento de expectativas y las dificultades de adaptación.
Además, cobran importancia la falta de arraigo y la inestabilidad de la red social. Podemos llegar a sentir que no pertenecemos a ningún lugar, que no terminamos de encajar o que nuestras relaciones no pueden madurar por falta de tiempo.
Cuando el desplazamiento se produce en pareja o familia, puede que una de las partes “se sacrifique” por la otra y esto sea motivo de desencuentros.
A todo lo anterior, puede añadirse la angustia por las dificultades de retornar a nuestro lugar de origen por la falta de la oportunidad laboral adecuada para ello. También podemos sentir la presión familiar para que regresemos.
En ocasiones identificamos estas situaciones pero las dejamos pasar ante las barreras de accesibilidad en el extranjero. Hablar en tu propio idioma y sentirte dentro de tu contexto cultural puede favorecer que te sientas más cómodo/a al recibir ayuda profesional. Por ello, desde El Viso Psicólogos ofrecemos Terapia Online (sobre la que puedes encontrar más información en el siguiente enlace: https://elvisopsicologos.com/blog/post/terapia-online) para aquellas personas en estas situaciones.