UN VERANO DIFERENTE
Cada año, con la llegada del uno de julio, podíamos ver cómo en todo el país daba comienzo la temporada estival. Incluso antes de ese día, turistas procedentes de todo el mundo llegaban a nuestras playas con la intención de disfrutar sin preocupaciones.
Este año, todo parece diferente, los aeropuertos gozan de una calma inusual, los turistas se han reducido considerablemente en número y las fotos de recuerdo ocultan sonrisas tras una mascarilla. Sin embargo, parece que hemos olvidado que todo lo que nos ha gustado siempre de esta época sigue ahí: la playa, las escapadas, los planes improvisados y las cenas que no parecen tener fin. Es cierto que debemos aprender a disfrutar estas experiencias de otro modo pero, si algo caracteriza al ser humano, es su capacidad de adaptación al cambio.
Es probable que este año no puedas visitar ese país o esa ciudad con la que llevas soñando tanto tiempo, y también que acudas a menos discotecas, pero debemos enfocar esta situación de manera positiva. Hemos recuperado una calma olvidada. Una calma que abandonó nuestra vida hace demasiado tiempo. Tal vez éstas no sean las peores vacaciones de la historia, tal vez sean, simplemente, la oportunidad de descubrir lo que te rodea, de investigar ese sendero por el monte cerca de tu casa, de levantarte los domingos a comer con tu familia o de dejarte sorprender por aquéllo que ya conocías y tu ritmo de vida te hizo olvidar.
Naturalmente, además del cambio de hábitos, existen otros muchos factores que pueden influir de manera negativa en este periodo, como el miedo o la desconfianza. Es natural sentirlos tras la situación que atravesamos hace unos meses pero, si crees que esos sentimientos te superan no dudes en ponerte en contacto con profesionales.
Desde El Viso Psicólogos queremos y podemos ayudarte a aprender a disfrutar de nuevo, cumpliendo con las medidas de seguridad pertinentes y sin sentir miedo. Vivimos una nueva normalidad, y a pesar de que puede resultar un cambio muy brusco, también es una oportunidad de modificar lo que no nos gustaba en nuestra vieja normalidad. Los humanos nos crecemos ante la adversidad, y nosotros queremos acompañaros en ese proceso.
No olvides que es nuestra elección ver un cambio como un fracaso o como una oportunidad y, si no logras enfocarlo del segundo modo, siempre habrá alguien dispuesto a tenderte su mano.